Significado:

Este refrán significa literalmente que si un hombre está dudando entre dos mujeres que le gustan, casi siempre se dejará llevar por sus instintos primarios más salvajes y elegirá a la mujer con el pecho más grande, lascivo y rebosante porque su cerebro primitivo es quien guiará sus pensamientos en busca de placer, y cautivado por ese ardiente deseo que despierta el tamaño de sus pechos, no escogerá la opción que tenga más lógica en base a sus intereses de vida reales, su futuro como pareja o su compatibilidad en gustos y opiniones con esa persona, sino la opción más atractiva a los ojos, influido por su imaginación y sus impulsos primigenios.

El mismo razonamiento se aplica a las mujeres que entre dos hombres eligen al más dotado y con mayor atributo masculino, pero fuera del sentido literal, y extrapolado a una situación válida para todas las personas, quiere decir que en los momentos de indecisión, tanto hombres y mujeres como niños y adultos, tendemos a optar por la elección que nos parece más atractiva o satisfactoria a simple vista sin meditar bien el por qué de nuestra decisión, elegimos siempre lo más grande, lo más caro, lo más famoso o tentador, atraídos por estímulos de recompensa que nublan nuestro juicio, aunque no sea la opción más razonable o adecuada para nosotros.

Moraleja:

La enseñanza de este refrán es doble, la primera es que no te debes guiar solo por una atracción física, sino profundizar más, analizar y considerar todos los aspectos antes de tomar una decisión, ya que así podrás escoger lo que sea más beneficioso y bueno para ti, porque nuestra psicología de humanos hace que nos influenciemos de forma fácil ante la ostentación, las apariencias o por aquello que inmediatamente capta nuestra atención, y además tenemos propensión natural a dejarnos influir por qué pensarán los demás y preferencia hacia lo materialista, sin parar a pensar si eso es lo que realmente queremos y es lo que nos hace más felices.

Pero la segunda reflexión puede ser la opuesta, y es que aunque pueda sonar frívola o superficial, refleja nuestra naturaleza humana, y es que ante la disyuntiva de tener que elegir entre dos opciones, una buena manera de resolver ese problema es dejar de lado las consideraciones morales, las razones profundas o racionales, huir de los prejuicios y opiniones de terceros que nos pueden afectar o hacer cambiar nuestras decisiones, y hacer caso a nuestro instinto real, escoger lo que más nos gusta o que a la vista nos parece más sugerente o llamativo, y así seremos más fieles a nosotros mismos y a lo que de verdad estamos deseando en nuestro interior.

Ejemplos:

• Comida calórica: Si estás en un restaurante y debes elegir un plato para cenar, si hay una opción saludable como una ensalada fresca, rica en nutrientes y baja en calorías, y por otro lado una opción menos sana pero visualmente atractiva, como una pizza caliente llena de calorías, es posible que elijas la pizza aunque no sea lo mejor para tu salud, porque su apariencia es más apetitosa.


• Compra impulsiva: Imagina que estás en una tienda de electrónica para comprar un nuevo teléfono, tienes dudas entre varios modelos, los dos valen lo mismo, uno de ellos tiene características técnicas muy superiores, pero el otro es más bonito y de una marca más reconocida. A pesar de las dudas, al final te compras el teléfono más atractivo visualmente, aunque tenga menos prestaciones.


• Elección de carrera: Un estudiante está indeciso sobre qué carrera universitaria elegir, se debate entre una carrera que le apasiona pero que tiene menos demanda laboral y otra que es más popular y promete mejores salarios. Influenciado por la presión social y la promesa de un futuro económicamente seguro, podría elegir la segunda opción, aunque no sea lo que realmente le gusta.


• Inversión en bolsa: Un inversor novato se encuentra entre una opción de inversión segura con un retorno moderado sostenido y otra con mucho riesgo pero que le han dicho que puede hacerse rico de forma rápida. Atraído por la posibilidad de grandes ganancias rápidas, elige la opción más riesgosa, ignorando que lo puede perder todo por su falta de experiencia en inversiones de alto riesgo.


• Relaciones personales: Alguien soltero y buscando pareja podría sentirse atraído por personas que físicamente son muy atractivas, ignorando otras cualidades muy importantes como su personalidad, su inteligencia, sus valores éticos o tener unos gustos sexuales compatibles y su frecuencia semanal. Esto puede llevar después a relaciones superficiales o matrimonios insatisfactorios.


• Política y votaciones: En elecciones políticas, a menudo los candidatos con más carisma o presencia mediática ganan popularidad, aunque sus políticas no sean las más sólidas o beneficiosas para el público. Los votantes, ante la duda, pueden inclinarse por el candidato más carismático o populista en lugar del más estudioso y competente en la materia que podría enriquecer al país.

Variantes:

• Si para elegir tienes duda, escoge la más tetuda

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